domingo, 10 de abril de 2011

tributacion del tahuantinsuyo

IMPERIO INCA

El Imperio Inca se establece sobre unos principios de jerarquía social, que buscan el bienestar general y la rápida expansión geográfica, basándose para ello en el"ayllu": la forma de trabajo y organización social básica, una colectividad agraria unida por los lazos de relaciones de parentesco, totemismo, territoriales y económicos, así como una forma de ayuda social mutua. Su existencia es anterior al imperio y sobrevivió a la conquista española: durante el imperio, los funcionarios del Inca organizaban su producción y distribución.
En la actualidad los miembros del "ayllu" andino hacen en común los trabajos agrícolas, las construcciones, el mantenimiento de caminos y puentes y la limpieza de canales de irrigación y terrazas de cultivo. Dividida en tres partes, la producción agraria sustentaba los estratos en los que se asentaba el entramado social, y por esto ha sido denominado por numerosos autores como un sistema socialista (Baudin 1978).
Una primera parte se destinaba a cubrir los imprescindibles gastos religiosos, sobre todo en Cuzco; la segunda parte financiaba a las guarniciones, parientes, señores y servicio a las órdenes del Inca, mientras que al pueblo llano correspondía el resto de la cosecha. Separadas por columnas según su destinatario, las parcelas o "chacras" no se encontraban agrupadas en un mismo lugar, sino que se repartían por distintos pisos ecológicos, para proporcionar así una dieta mucho mas variada y completa. El pueblo era organizado igual que la tierra, atendiendo a un vasto proyecto de planificación estatal. La base decimal imperaba en el trabajo colectivo: un jefe organizaba el trabajo a diez individuos, otro se situaba encima de cada 100, otro por cada 1.000 y uno más por cada 10.000. El gobernador, responsable del control de la producción de su demarcación, anualmente aportaba el tributo en la gran fiesta "Raymy" celebrada en Cuzco.
Esto permitió al Inca, el establecimiento de una efectiva legislación del trabajo obligatorio y universal (Garcilaso1980: 246 t. I Lib. 5 Cáp. 12), para todas las clases sociales, sin excepción de sexos y condición física (Baudin 1978:241), y se establecieron disposiciones para evitar la holganza y reprimir severamente la ociosidad.
Se vigilaba la tributación y el trabajo mediante estrictos inventarios: Acosta (1985:246) refiere que por los "quipus se sabía hasta una gallina y una carga de leña" que se habían tributado. Incluso como apunta Garcilaso (1980: 249 Lib. 5, Cáp. 13) por los "ñudos" de los "quipus" se veía los oficios que había realizado y lo que cada uno había tributado. Al respecto asegura Cobo, dichos balances se hacían anualmente para asegurar las disposiciones de las leyes que fueran necesarias.
El gobierno aseguraba el bienestar general de sus súbditos mediante el almacenamiento de las cosechas en los depósitos de "cada pueblo" y en los depósitos del "Sol" (estamento religioso) y del "Inca" (estado), para en los años improductivos atender a los necesitados, viudas, huérfanos, ancianos, impedidos y caminantes; y correr con los gastos de la asistencia médica de los enfermos. Establecieron para ello rigurosamente el trabajo obligatorio y universal, tal es así que los ciegos estaban obligados a desgranar maíz y quitar las semillas del algodón, y los mudos y sordos desempeñaban trabajos en los que su insuficiencia no supusiese un impedimento. El desarrollo y cumplimiento de las disposiciones legales sobre el trabajo obligatorio estaba garantizado, además de los funcionarios decimales, por los "Llactacamayoc" que inspeccionaban y sancionaban severamente con penas corporales a los ociosos y negligentes, el destierro a trabajos forzados a los que desobedecían a sus padres y a la autoridad, y con la pena de muerte a los vagos e hijos de los caciques que no quisieran trabajar.
este video se trata de la invasión y conquista del Tahuantinsuyo:

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